La preciosa Alma, tan pequeña como llena de energía. Se salía literalmente del tiesto. Estiraba las piernas tanto que hacía mucha fuerza y se salía del tiesto. la pobre empezó demasiado pronto con los dichosos cólicos y no pudimos terminar se reportaje en brazos de sus padres.
Pero todo tiene arreglo, unos meses después, ya con la tranquilidad que dan unos intestinos formados, volvieron al estudio y nadie se ha quedado sin su foto con Alma, ni siquiera dos frenchies de lo más nerviosos.
Me gustan los niños, me encantan, me aportan energía, me hacen reír con sus ocurrencias y ver la vida de forma mucho más bonita. Me dan paciencia y me han hecho ver que las cosas verdaderamente importantes no son las que precisamente nos ocupan la mente a los adultos, así que estoy encantada de haberme especializado en fotografía infantil.