En el estudio tenemos multitud de opciones, variedad de fondos y atrezzo para las sesiones. A veces con niños entre 2-3 años, se les queda pequeño, porque lo único que quieren es correr e investigarlo todo, pero es un reto, y me encantan los retos.
Aquí pueden ser un indio o jugar a ser pastelero mientras les hacemos unas fotos. Puedes aprovechar a usar por última vez ése vestidito de verano que ya le queda un poco justo. Da igual que fuera haga frío, al calorcito del estudio podemos sacarle la lengua al invierno y decirle que estaremos entretenidos aquí dentro hasta dentro de unos meses.
También te puedes apuntar a la moda del smash cake o como prefiero llamarlo en castellano: destrozar la tarta de tu primer cumpleaños. Tú sólo trae a tu bebé y la tarta, yo pongo el resto.
Me gustan los niños, me encantan, me aportan energía, me hacen reír con sus ocurrencias y ver la vida de forma mucho más bonita. Me dan paciencia y me han hecho ver que las cosas verdaderamente importantes no son las que precisamente nos ocupan la mente a los adultos, así que estoy encantada de haberme especializado en fotografía infantil.