Seguimos haciendo sesiones de recién nacido en nuestro estudio. Con bebés tan pequeños es un placer trabajar porque todo ha de hacerse con calma, con seguridad, con mimo. Acabo cansada pero satisfecha. Son tan delicados pero a la vez tan sorprendentemente fuertes que me maravillan. Los recién nacidos son los modelos más exigentes, no perdonan ni el hambre ni el sueño… jejeje. Pero también son las sesiones que más “ohhhh” generan. Y es que morimos de amor en cada pose. el precioso Gael nos regaló momentos preciosos que ahora serán recuerdos para siempre.
Me gustan los niños, me encantan, me aportan energía, me hacen reír con sus ocurrencias y ver la vida de forma mucho más bonita. Me dan paciencia y me han hecho ver que las cosas verdaderamente importantes no son las que precisamente nos ocupan la mente a los adultos, así que estoy encantada de haberme especializado en fotografía infantil.