Marcos tiene 3 años y una vitalidad…propia de su edad, como no. En cuanto llegó, se colocó delante de la cámara (literalmente) y comenzó con su muestrario de sonrisas. Gestos y mil caras que hicieron las delicias de su madre, por cierto, muchas gracias Sonia por toda la disponibilidad. De su abuela que nos hizo de ayudante improvisada y por su puesto, de la fotógrafa, que acabó encantada de pasar ése rato con Marcos. Aqui os dejo algunas de las fotos que salieron de una hermosa tarde otoñal.
MARCOS
Esta entrada tiene un comentario
Deja una respuesta
Tienes que haber iniciado sesión para comentar.
Esta para comerselo, que se prepare la mama de este niño porque apunta maneras, sale muy natural y sonriente, eso es muy importante.Me encanta