En ésta boda hubo nervios, muchos, pero al final, todo sale siempre bien. y es que al amor puede con todo. Víctor, Raquel y la pequeña Daniela (que robó algo de protagonismo a los novios) se casaron antes amigos y familiares que así se lo demostraron.
Emociones y sentimientos a flor de piel. Una pareja estupenda y una boda amenizada por una niña de dos años de lo más inquieta. Os dejamos con algunas de las imágenes de aquel día, aún queda la postboda…
Me gustan los niños, me encantan, me aportan energía, me hacen reír con sus ocurrencias y ver la vida de forma mucho más bonita. Me dan paciencia y me han hecho ver que las cosas verdaderamente importantes no son las que precisamente nos ocupan la mente a los adultos, así que estoy encantada de haberme especializado en fotografía infantil.