Desde luego para mí la fotografía infantil es lo más divertido y a la vez lo más complicado que un fotógrafo puede elegir para ganarse la vida. Casi nada. Pocos son los profesionales que saben captar ése mundo tan grande de los más pequeños.
Cuando supe que Ana Cruz, una de mis fotógrafas favoritas impartía un taller de infantil, me apunté sin pensarlo. Allí conocí a grandes fotógrafas (perdón David, las chicas ganábamos por goleada), y mejores personas. Me quedo con una gran experiencia y con un grupo diverso que me aporta cada día un poco más.
En la distancia sé que tengo a unas cuantas locas de la foografía infantil en las que encontrar apoyo y resolver dudas.
Me gustan los niños, me encantan, me aportan energía, me hacen reír con sus ocurrencias y ver la vida de forma mucho más bonita. Me dan paciencia y me han hecho ver que las cosas verdaderamente importantes no son las que precisamente nos ocupan la mente a los adultos, así que estoy encantada de haberme especializado en fotografía infantil.