A Adrián le he hecho fotos hasta dentro de la tripita de su madre. Luego llegó y fui a verle con 15 días, luego el bautizo… pero ésta vez, aquella tarde en el estudio, se oyeron risas y carcajadas como pocas veces.
Le dio la risa con las bobadas que les hago a los bebés y Adrián se partía de risa, y su padres, y yo también. Casi se me empaña el objetivo por llorar de risa. Qué buena forma de felicitar las fiestas.
Me gustan los niños, me encantan, me aportan energía, me hacen reír con sus ocurrencias y ver la vida de forma mucho más bonita. Me dan paciencia y me han hecho ver que las cosas verdaderamente importantes no son las que precisamente nos ocupan la mente a los adultos, así que estoy encantada de haberme especializado en fotografía infantil.